25 julio 2014

"LOS OTROS BUITRES"; por José Maria Di Bello, precandidato a Legislador por la Ciudad de Bs. As.

Más de 14.000 delegados de todo el mundo estamos participando en la 20º Conferencia Internacional sobre VIH, en Melbourne, Australia. En este tipo de encuentros se invierte muchísimo dinero, vale destacar que además de presentar los últimos avances científicos en cuanto a tratamiento y prevención, las estrategias y lineamientos propuestos por la Agencia de Naciones Unidas, etc las grandes multinacionales farmacéuticas presentan su plan de “cómo llenar la copa de arriba sin que rebalse ni un poquito”, es decir, cómo los monopolios de la salud se siguen agrandando y aplastan inexorablemente a los de abajo. En este sentido ¿Cómo hacen los Estados para poder pagar los altísimos precios de los medicamentos que imponen las farmacéuticas? ¿Cómo van a poder llegar por ejemplo a todas las personas con VIH si hoy sólo se puede llegar a un 37% de las que necesitan tratamiento?

En Argentina el acceso a la salud de todos los que recibimos tratamiento para el VIH es muy eficiente y por ese motivo también nos preocupa cuánto dinero paga el gobierno nacional para que este tratamiento sea gratuito y pueda recibirlo cualquier ciudadano. Al respecto, en la conferencia, participé de dos sesiones sobre el precio de los medicamentos y en ambas sesiones por un lado una representante de Médicos Sin Fronteras de la India y por el otro un representante de Marruecos pusieron a la Argentina como ejemplo del país de renta media en que más caro se pagan los tratamientos para el VIH, Según cifras del 2013 de Médicos Sin Fronteras y si comparamos lo que pagan otros países de renta media, Argentina invierte por paciente por año U$S 8986 en un medicamento para el VIH cuya droga es el Raltegravir, mientras que en Brasil se paga por la misma droga U$S 4957 y en Sudáfrica U$S 617, algo así como un 500% a un 1500% más caro.

¿Por qué tanta diferencia? Porque los oligopolios farmacéuticos, a través de las patentes, crean una restricción para la producción o importación y comercialización de medicamentos genéricos que, si pudieran ingresar al mercado, generarían por simple competencia una gran disminución de los precios.
Esto no sucede únicamente con los medicamentos para VIH también sucede con otras enfermedades tales como la Hepatitis C, con patente del laboratorio Gilead, recientemente puesto en el mercado y con un costo por el tratamiento de U$S 84.000. Claramente, tu acceso a la salud va a depender del dinero que tengas para pagarlo.
Para felicidad de los tantos que como yo luchamos por un “tratamiento para todos” el Gobierno Nacional reglamentó el pasado 21 de julio la LEY DE PRODUCCION PUBLICA DE MEDICAMENTOS que, según lo publicado en el Boletín Oficial, “propiciará la sistematización de dispositivos de investigación y producción pública tanto de medicamentos, vacunas y productos médicos como de materias primas con recursos del Estado”.
Algo que al inicio de la Conferencia parecía poco alcanzable según comentarios de los participantes, en nuestro país YA ES UN HECHO.

Seguimos avanzando de la mano de Cristina, ¿de quién si no?

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